Primero, hablemos del contexto
Mi libro en cuestión «La última vez que hablamos de amor» cuenta una historia de amor entre colegas en sus treintas. Mi audiencia, evidentemente son las mujeres entre los veinte y treinta años –incluso llegando a los cuarenta–, justamente el segmento con mayor participación en Instagram[1]
Yo vivo en Canadá, un país angloparlante. Mi audiencia, en cambio, habita en más de 20 países de Latinoamérica y España, mayoritariamente hispanoparlante.
Lo anterior, sumado a una situación de pandemia por COVID-19 imposibilitaba un evento presencial, por lo que la decisión de realizarlo de manera virtual no fue demasiado difícil de tomar.
De hecho, fue intrigante para mí, al principio.
De la idea a la acción
Luego de estudiar eventos similares en distintas plataformas virtuales, el primer paso fue establecer la agenda del evento. No quería que fuera un monólogo mío presentando el libro, leyendo algunas páginas y respondiendo preguntas al final. Quería una charla interactiva con las personas que me apoyaron y colaboraron en la publicación del mismo y, por supuesto, un público que participara con sus comentarios, reacciones y preguntas.
Instagram Live se destacó como la opción más adecuada. No solamente es la red social favorita de mi audiencia sino que reúne todas las funcionalidades necesarias para mi evento: transmisión en video en vivo, la posibilidad de invitar hasta cuatro participantes en la conversación, notificaciones a mis seguidores y a los seguidores de mis invitados lo que ampliaría el alcance de mi evento y finalmente, herramientas de interacción como caja de comentarios, caja de preguntas del público así como los famosos corazoncitos que, a falta de aplausos, le agregan un toque de encanto a la experiencia.
Con estos insumos preparé el libreto, coordiné las intervenciones de mis cuatro invitadas quienes, generosamente, asumieron el reto de participar y aportar sus valiosas ideas para que el evento fuera un éxito. Como un plus, incluí un sorteo de dos libros que se realizarían con base en dos preguntas que la audiencia tendría que contestar correctamente y en el menor tiempo posible para mantener el interés e incentivar la participación de la audiencia.
La ejecución
Aún teniendo una agenda sólida, unas invitadas comprometidas e incluso una audiencia interesada –mi familia, mis amigos y los amigos de mis amigos–, los inconvenientes de último minuto no se hicieron esperar. Una de mis invitadas no pudo llegar a tiempo a casa para conectarse y participar lo que me puso más nerviosa de lo que estaba y, por ende, me salté muchas partes del libreto que había diseñado y ensayado cuidadosamente.
¿Repetiría la experiencia?
A pesar de que el evento no salió como lo había planeado, cumplí con mi objetivo principal: lanzar oficialmente mi libro e interactuar con una audiencia de por lo menos 25 personas entre amigos y familiares, más una cantidad considerable –por lo menos la mitad– de personas que no me conocían y asistieron por curiosidad. Como si fuera poco, el video del evento quedó grabado en la pestaña de IGTV en mi cuenta de Instagram y disponible para quienes quieran verlo en el futuro.
Si hubiera hecho un evento de lanzamiento presencial como dicta la tradición literaria, de seguro no habría tenido el mismo aforo en un jueves por la noche y sólo habrían asistido mis familiares y amigos; por no mencionar lo engorroso que habría podido ser la logística de la grabación, el sonido y la eventual subida a las redes sociales para compartir.
Instagram solucionó para mí en una sola noche lo que hubiera tenido que planear y delegar por días enteros con la misma incertidumbre sobre el resultado final, así que… la respuesta a la pregunta de si repetiría la experiencia es más que obvia: es un ¡sí! absoluto.
Para el próximo lanzamiento, me aseguraré de lo siguiente:
Encontrar mi propio estilo: algunos autores prefieren ser sus propios “maestros de ceremonia” y conducir el evento. En mi caso, creo que me funciona más un estilo conversacional, casi como un panel en el que mis invitados participan todo el tiempo con una secuencia de temas que vayan fluyendo a lo largo del evento. Además, mientras mis invitadas estén conectadas conmigo (recordemos que en un Instagram Live podemos tener hasta 4 personas conectadas al mismo tiempo en video) sus seguidores podrán ver las notificaciones, dándome la oportunidad de multiplicar los chances de tener una mayor asistencia.
Simplificar la mecánica de los sorteos: mi idea inicial de hacer preguntas para que la audiencia contestara tenía una intención noble, premiar a quienes estuvieron genuinamente interesados en el libro. Tal vez la nobleza jugó en mi contra puesto que la mecánica resultó demasiado complicada. Si quiero premiar al público con un ejemplar de mi libro, entre menos esfuerzo les exija, mejor.
Pasarle el micrófono a mi audiencia, mis lectoras: Nada reemplaza la experiencia de los lectores con el relato. Las secciones que más reacciones y ‘corazoncitos’ generaron fueron aquellas en las que mis invitadas hablaron de lo que sintieron al leer mi libro. De ahora en adelante, mis lectores serán el foco central de todas las actividades que haga, en especial, del lanzamiento.
[1] Fuente: Hootsuite, Instagram Demographics in 2021: Important User Stats for Marketers 2021